La zooterapia o Terapia Asistida con Animales (TAA) proporciona soporte emocional y muchos otros beneficios
No es nuevo, pero en los últimos años ha experimentado un auge sobresaliente. Hablamos de la zooterapia o Terapia Asistida con Animales (TAA), una alternativa terapéutica cuyo origen se remonta a hace más de dos siglos y que proporciona beneficios palpables sobre las personas con discapacidad intelectual. ¿Pero, por qué algunas especies animales conectan emocionalmente con estas personas?
No hay una respuesta clara a esta cuestión. De una parte, está la expresividad de ciertos animales domésticos, que se manifiesta a través de su mirada y de su lenguaje gestual. De la otra, hablamos de personas con determinadas alteraciones en sus habilidades sociales y de comunicación hacia los demás, pero que encuentran un estímulo en la interacción con otros seres vivos. Sin duda, ambas partes convergen en algún punto.
Una auténtica relación afectiva es lo que percibe la persona en el ejercicio de estas terapias. Un estímulo cuyos beneficios se traducen en la potenciación de la comunicación verbal y no verbal, de la relación social, de los movimientos voluntarios, del placer del tacto a través de las caricias… en definitiva la TAA genera un aumento de la actividad, de la sensibilidad y de la relajación en personas que requieren apoyo especial.
Personas con trastorno del espectro autista (autismo), con síndrome de Down o con discapacidad intelectual de otro tipo son susceptibles de mejorar su calidad de vida y su integración social a través de la zooterapia. Junto a ellos, los monitores y terapeutas cumplen un papel imprescindible como “facilitadores” entre los animales y las personas; además, los terapeutas son testigos directos del efecto más inmediato que suele producir la TAA: una enorme sonrisa.
¿Qué especies animales son las más adecuadas en zooterapia?
Hay animales domésticos cuya facilidad de adiestramiento y capacidad de interactuación con humanos los hacen idóneos para estos fines terapéuticos. En este sentido, los perros ocupan el lugar más alto del escalafón, pero hay muchos otros…
Terapia asistida por caninos: los perros de terapia, a través del contacto corporal, transmiten consuelo y acompañamiento. Se distinguen por un comportamiento que las personas asistidas interpretan como amigable y acogedor. Obviamente, se requiere que estos canes posean un temperamento tranquilo. Algunas razas, como el Labrador y el Golden Retriever, son más propicias para este cometido.
Equinoterapia: el caballo es un excelente soporte terapéutico para ciertos trastornos físicos, intelectuales y psíquicos. El movimiento equino transmite impulsos rítmicos sobre la columna, la pelvis y las piernas del jinete, y esto repercute en su bienestar físico. Además, el caballo adiestrado para equinoterapia es un animal dócil que disfruta del contacto humano, y esto lo percibe perfectamente el jinete, influyendo así en su autoestima y su estabilidad emocional.
Otras especies, como delfines, aves, conejos, etc. son también empleados en estas terapias y su efecto sobre las personas con discapacidad intelectual es indudable.
Es tiempo de reivindicar el rol, cada vez más importante, de los animales que brindan soporte emocional a todo tipo de personas. Muchos de nuestros mayores, por ejemplo, viven su soledad acompañados de algún animal doméstico, haciendo de su vida cotidiana una experiencia más plena y humanizada.