Terapia, integración, reconocimiento… e incluso salida comercial
¿Qué sentimos al abordar una actividad creativa? ¿Qué efecto provoca en nuestra mente deslizar el pincel sobre el lienzo, combinar colores y texturas, observar la magia de la plasticidad…? Es obvio que a todos nos produce una sensación relajante y placentera, y que además implica la asunción personal de un reto. Y el caso de las personas con discapacidad intelectual no es diferente.
El arte es un extraordinario vehículo de expresión para estas personas que encuentran limitaciones en la expresión hablada o escrita. La pintura, la escultura, la danza, la música o el teatro son manifestaciones artísticas que desarrollan su imaginación, potencian su autonomía y permiten exteriorizar su fascinante mundo interior. Es lo que denominamos arteterapia, cuyos beneficios son indiscutibles, y que se aplica para mejorar la calidad de vida de estas personas.
Hasta aquí la explicación de una primera fase creativa que se enmarca en el plano de las sensaciones, pero exploremos un poco más en otra dirección. El arte posee un efecto integrador indudable sobre las personas con discapacidad; favorece la inclusión porque genera reconocimiento en una segunda fase, la de exposición, cuando el artista comparte su obra con otras personas.
Desde Fundación Aon España somos conscientes del potencial de la arteterapia y es, por tanto, una línea de actuación que vamos a seguir desarrollando. En años precedentes hemos organizado junto a la Fundación Randstad y en colaboración con Grupo AMÁS, la exposición de Arte Inclusivo “Yo también”, que muestra obras de arte de personas con alguna discapacidad intelectual.
Cuando el “arte con discapacidad” se convierte en producto de éxito
Subamos un escalón más. De la expresión a la exposición y de ahí a la… ¿comercialización? Sí, las obras realizadas por personas con discapacidad poseen un indudable valor artístico, ya que sus creadores son más ajenos a las modas, prejuicios y todo lo establecido. Es arte que surge directo del corazón: espontaneo, libre y único. Y adicionalmente, conecta con la conciencia solidaria de muchas personas que eligen adquirir arte con causa social.
Un ejemplo reciente es el de la diseñadora de moda Jovana Mullins. Trabajando como voluntaria en un centro ocupacional, esta joven emprendedora quedó sorprendida del potencial artístico de las personas con otras habilidades. Decidió entonces volcar este talento en el estampado de sus prendas de ropa. En abril de 2020 lanza la marca de moda Alivia bajo el eslogan “moda que nace de mentes imaginativas” y en estos momentos está gozando de un gran éxito comercial. Incluso ha desarrollado una línea de mascarillas, muy útil en los tiempos que vivimos.
El próximo paso para Jovana Mulllins es generar oportunidades de empleo para personas con discapacidad dentro de su cadena de producción. Desde Fundación Aon España aplaudimos iniciativas como esta, que cierran el círculo completo: desde la arteterapia hasta la inclusión socio-laboral.