La sociedad actual es conocida como la Sociedad de la información y del conocimiento, esto es debido a que se basa, y sustenta principalmente, en las nuevas Tecnologías de la información y la comunicación, todo ello impulsado por el vertiginoso avance de todo los relacionado con la informática.
El desafío con el que nos encontramos en la actualidad, y por el que se trabaja con gran ahínco, es incorporar las tecnologías de una manera universal. Una manera de lograrlo es a través de la realización adaptaciones encaminadas a conseguir hacerlas accesibles a toda la población; y, por supuesto también, a las personas con algún tipo de discapacidad, tanto física como intelectual.
Dentro de este contexto es donde podemos hablar de las ayudas técnicas o tecnológicas; simplemente son productos fabricados específicamente para permitir o facilitar la realización de alguna acción o tarea. Su importancia radica en que sin ellas el usuario no podría hacerlas. Son, por tanto, herramientas que mejoran la calidad de vida y la autonomía de las personas que las usan.
Existen diferentes tipos de ayudas técnicas según la discapacidad que se posea. Por ejemplo, para personas con discapacidad cognitiva está el comunicador portátil, muy útil para personas que tienen dificultad en completar frases de forma autónoma o el teclado de conceptos, en el que cada tecla puede ser programada con una amplia gama de funciones diferentes.
Aunque se han hecho grandes avances en este campo, no debemos olvidar que es necesario seguir trabajando en esta vía de adaptación y mejora de la accesibilidad. Siempre con la finalidad última de conseguir el acceso universal a las nuevas tecnologías, en igual de condiciones y con independencia de la condición física, social, cultural o la discapacidad que se posea.