- Estos sucesos provocaron una contracción del PIB de 1.225 millones
- Las empresas no aseguradas perdieron 788 millones de euros
Las empresas españolas dejaron de facturar 2.660 millones en 2022 debido a los sucesos catastróficos, un impacto inferior a los 3.213 millones en 2021, según el Barómetro de Catástrofes 2022 presentado hoy en el VIII Simposium del Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon España, celebrado bajo la Presidencia de Honor de SM el Rey en el Instituto de la Ingeniería de España en Madrid.
El impacto de los sucesos catastróficos sobre el tejido productivo y el empleo provocó una contracción del PIB de 1.225 millones de euros durante el pasado año. En 2022, las empresas no aseguradas perdieron 788 millones de euros a consecuencia de las catástrofes naturales. Este impacto directo repercutió en el resto de los sectores, al suministrar menos productos a las empresas afectadas, lo que supuso un impacto indirecto de 1.356 millones. La contracción por el impacto directo e indirecto indujo en la economía una nueva pérdida de 516 millones de forma agregada. Entre los tres impactos suman 2.660 millones de euros.
La caída en la facturación empresarial tuvo claras consecuencias para la economía. El retroceso de la economía -1.225 millones-, se repartió entre los 420 millones de euros de impacto directo, los 542 millones de indirecto y los 263 millones de inducido, lo que representa casi un 0,1% del PIB español en 2022. Un impacto similar a 2021, cuando las catástrofes naturales tuvieron un coste en el PIB de 1.126 millones. Los sectores más afectados fueron el de agricultura y pesca, que perdió 508 millones, un 2% del peso de este sector en el PIB nacional. Le siguen a mucha distancia el sector del comercio (al por menor y al por mayor), industria agroalimentaria y sector inmobiliario. El resto de los sectores se repartieron el resto de la pérdida, que ascendió a 383 millones.
A nivel de empleo, se perdieron 25.200 puestos de trabajo en España en 2022 a consecuencia de las catástrofes naturales (23.200 en 2021), de los que 10.400 se debieron a causas directas, 10.600 al impacto indirecto y 4.200 al inducido. El sector más afectado fue de nuevo el de agricultura y pesca, con más de 12.569 puestos de trabajo perdidos, seguido por el sector comercial con 4.613 puestos.
El resto de los sectores agruparon un aumento del desempleo de casi 7.000 personas. En definitiva, si bien el impacto en bienes ha sido menor que en 2021, 2022 ha registrados impactos mayores en las rentas de los españoles, en facturación, PIB y empleo.
El coste de las indemnizaciones por los daños causados sobre los bienes por los desastres naturales ascendió a 280 millones de euros. El 90 por ciento de estas indemnizaciones estuvo provocado por inundaciones (94%), seguidas de lejos por las consecuencias de tempestades ciclónicas atípicas (45%) y los embates de mar (2%).
La distribución del coste según el tipo de bienes está mucho más repartida que la del tipo de catástrofe. Las viviendas (42%) y los comercios, almacenes y oficinas (30%), alcanzan tres cuartas partes del total de los daños materiales. Las indemnizaciones por daños a vehículos representan el 16% y a industrias el 10%. El resto, lo completan oficinas y obras civiles.
El reparto del coste a nivel provincial indica que el coste por kilómetro cuadrado se acumula en las zonas costeras del mediterráneo (Valencia, Tarragona, Islas Baleares), destacando al mismo tiempo Pontevedra al otro lado de la península. El Barómetro asegura que la dispersión en el coste es significativa: la media de Valencia, Tarragona, Pontevedra e Islas Baleares es de casi 5.000 euros por km2, mientras que la media del resto de provincias es de 350 euros por km2.
Si el coste se mide en euros por habitante, el arco mediterráneo acumula grandes costes, pero también aparecen nuevas áreas damnificadas, como Extremadura. Las cuatro provincias con mayor coste per cápita indemnizaron una media de 31 euros por habitante, mientras que en el resto el promedio fue de 3,7 euros.
Los mayores impactos sobre las rentas se concentraron en el sector agrícola y ganadero (99,7%). Las causas fueron, en su mayoría, las heladas (39%), seguidas por las tormentas, la lluvia y el pedrisco (28%), y la sequía (16%). El 17% lo representan una amalgama de desastres como mal cuajado o plagas.
Las fuertes lluvias torrenciales dañaron gravemente a las empresas agrícolas. Otros sectores también sufrieron estos desastres, pero no se trasladaron a su capacidad productiva tan directamente, puesto que esta no dependía tanto del clima. En el sector agroalimentario, la parada productiva es casi total cuando existen este tipo de desastres, afectando inmediatamente al empleo y al valor añadido que generan.
La distribución de este coste por provincias está bastante repartida entre las Comunidades Autónomas, excluyendo las que están al norte de la cordillera Cantábrica. Sobresale Cataluña, con 280 millones de euros de costes, seguida de Aragón con 243 y Murcia con 219 millones.
Si se tiene en cuenta el coste per cápita, siguen destacando Aragón con 184 euros por habitantes gastados, y Murcia con 144. Las Comunidades Autónomas más pobladas como Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía, bajan posiciones.