En las últimas semanas hemos vivido en nuestro país una serie de fenómenos que han causado inmensos daños materiales y también daños personales. Tanto el ciclón Leslie como las lluvias torrenciales que ocurrieron en las Islas Baleares dejaron tras de sí una estela de destrucción y, por desgracia, más de una decena de personas perdieron la vida.
Pero ¿qué ocurre con las personas con discapacidad cuando ocurre una catástrofe?
Debemos tener en cuenta que esta población tiene unas necesidades propias que hay que atender en caso de emergencia. En el post de hoy, os damos algunas indicaciones para que podáis ayudar a las personas con capacidades diferentes en caso de encontrarnos ante una emergencia.
Por ejemplo, en caso de tratarse de personas con discapacidad intelectual, debemos evitar que la persona se vea rodeada de mucha gente, hablarle despacio, hacerle preguntas sencillas y darle órdenes claras y concisas como “vamos a subir al piso de arriba” o “vente conmigo, estarás seguro”. Hablar de manera tranquila e intentar comunicarnos con seguridad puede facilitar mucho el que la persona a la que nos dirigimos mantenga la calma y pueda ponerse a salvo. En caso de notar que no nos comprende, podemos intentar dirigirnos a la persona mediante dibujos sencillos. Felicitar a la persona mientras realiza cada paso que le indicamos hará que se sienta más seguro y pueda actuar con más celeridad y, sobre todo, con más seguridad.
En el caso de las personas con movilidad reducida, debemos tener en cuenta que en ocasiones necesitan ayudas externas para desplazarse (muletas, sillas de ruedas, etc.). En este caso es fundamental avisar a los servicios de emergencia indicando claramente los problemas de movilidad que pueda tener, para que acudan preparados para socorrerle. Si el peligro es inminente, debemos ayudar, dentro de nuestras posibilidades físicas, a evacuar a la persona y alejarle del peligro.
Si nos encontramos en una emergencia junto a una persona con discapacidad visual, en primer lugar, debemos acercarnos a ella, presentarnos y ofrecerle nuestra ayuda; una vez hecho esto, es imprescindible explicarle todos los detalles de lo que está ocurriendo y para guiarle, debes dejar que se sujete a tu brazo o tu hombro. No olvides que, en este caso, ir contándole todo lo que está sucediendo e incluso por dónde os estáis moviendo es fundamental para que la persona no sienta que pierde el control de la situación.
Las personas con discapacidad auditiva en muchas ocasiones utilizan instrumentos externos para poder escuchar, como es el caso de los audífonos o los implantes cocleares, pero debemos tener en cuenta que los puede haber perdido durante la emergencia. En este caso, sitúate frente a la persona y habla claro y despacio, sin gritar, utilizando vocabulario de fácil comprensión.
Recuerda que, en todos los casos, lo primero es avisar a los servicios de emergencia e intentar proteger a la persona del tipo de emergencia o catástrofe que se esté produciendo, siguiendo siempre las instrucciones de los profesionales de los servicios de emergencia. Recordemos también que estas indicaciones no solo son válidas para personas con discapacidades reconocidas, sino que muchas personas de edad avanzada pueden tener problemas para moverse, escuchar o comunicarse, por lo que nuestra ayuda también es fundamental.