La eclosión del arte digital y los NFTs, sumado a las nuevas fórmulas de financiación y patrocinio colaborativo, están propiciando la aparición de los llamados mecenazgos emergentes.
Desde la época de Cayo Mecenas en la antigua Roma, pasando por los Medici, hasta la era digital en la que nos encontramos, el perfil del mecenas cultural ha experimentado una transformación acorde a la evolución del arte y de las fórmulas de patrocinio y financiación.
Hoy se habla de los nuevos mecenazgos emergentes y contemporáneos para denominar a las múltiples modelos de protección a la cultura que surgen en un panorama convulso, cambiante y muy diverso derivado de la digitalización. La era digital es un hecho palpable en la economía y el arte, y ambas constituyen la piedra angular del mecenazgo.
En este escenario de cambio confluyen muchos factores. En primer lugar, hay voces que apuntan a que el mecenazgo clásico no funciona en España, a diferencia del mundo anglosajón, donde las políticas fiscales y el reconocimiento social sí movilizan a la empresa privada a apostar por la cultura. Es una situación que deseamos sea cubierta por la próxima Ley de Mecenazgo, incluida en el plan normativo del Gobierno recientemente presentado.
En segundo lugar, un factor juega en sentido favorable a la cultura. La pandemia ha impulsado una tendencia denominada “Economía de Impacto”, en virtud de la cual los inversores privados muestran una nueva disposición a invertir en el sector de la cultura y el arte desde modelos diferentes al mecenazgo y patrocinio clásico. Esta nueva tendencia valora no solo la rentabilidad y el riesgo, sino también la “capacidad de transformación de la sociedad que un proyecto cultural concreto puede generar”.
Una tercera pata sustenta la revolución del mecenazgo en la era digital. Hablamos de la cooperación o movimientos colaborativos entre particulares que no se distinguen precisamente por su capacidad financiera. El crowdfunding o micromecenazgo es el término general que engloba a un sinfín de plataformas de apoyo a la cultura, como Kickstarter, Patreon u otras.
Nuevo arte, nuevas fórmulas de mecenazgo cultural
El arte digital no cesa de lanzar nuevas propuestas que impactan y transgreden a partes iguales. Pero detrás de cada obra digital hay un talento que reclama poder vivir de su trabajo, ya que la réplica de cualquier archivo digital puede expandirse hasta el infinito. El Crypto Art y los NFTs (Non Fungible Tokens), como aval de exclusividad de una creación, son las soluciones que el mercado del arte pone hoy sobre la mesa.
Ante un nuevo mercado, cabe establecer también nuevas fórmulas de mecenazgo. Quizá el futuro más inmediato sea plenamente cooperativo a través de la participación de mecenas, patrocinadores, inversores y entidades culturales, con el sector público como elemento transversal.
Sea como fuere, el papel de las fundaciones seguirá siendo determinante para impulsar la cultura. Desde Fundación Aon España permanecemos fieles a nuestro ideario de protección y recuperación del Patrimonio Cultural y Natural español, y la participación en proyectos de mecenazgo. Si quieres, tú también tienes cabida en esta maravillosa aventura, a través del voluntariado.