La XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP25) que se celebrará en Madrid del 2 al 13 de diciembre, supone una oportunidad que España no debe desaprovechar para enarbolar la bandera de la transición ecológica, posicionarse como uno de los países líderes en desarrollo medioambiental y asumir la responsabilidad de impulsar e implantar soluciones integradas que contribuyan al cumplimiento de los nuevos objetivos que conlleven una verdadera sostenibilidad.
Concienciación, Compromiso y Cumplimiento. Estas 3 Ces son clave en la senda del camino de la transformación para combatir los efectos del cambio climático en el mundo. En primer lugar, empresas, gobiernos y sociedad civil han de tomar conciencia de la necesidad de actuar urgentemente para paliar las consecuencias de este hecho incontrovertible que es el cambio climático. En segundo lugar, todos los actores han de adquirir el compromiso de implantar rutinas, políticas y estrategias en consonancia con lo pactado en las convenciones del clima globales, como el Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Y por último, cumplir con dichos compromisos con el objetivo último de reducir las emisiones de gases contaminantes al menos en un 45% para 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Es necesario superar el debate estéril entre negacionistas del cambio climático y defensores a ultranza. Hay un hecho evidente: el clima está cambiando o sigue cambiando y nuestra misión como sociedad –a la que el Observatorio de Catástrofes quiere contribuir- es tratar de prevenir esos cambios, anticiparnos a ellos, buscar respuestas a sus consecuencias presentes y futuras, y facilitar socorro de urgencia a las víctimas más desfavorecidas de esos desastres que tienen su origen en los fenómenos climatológicos.
J. F. Kennedy afirmó que “la realidad suprema de nuestro planeta es su vulnerabilidad”. El cambio climático es, sin duda, uno de nuestros puntos débiles. Pero entre las profecías apocalípticas de unos y la cruzada negacionista de otros, está el realismo de quienes defendemos que el cambio climático es un riesgo natural –más acentuado por el progreso y el desarrollo incontrolado-, que la humanidad siempre ha soportado y que seguirá soportando y afrontando en el futuro.
Empresas, gobiernos y sociedad civil
Tal y como se puso de manifiesto en las intervenciones del Simposium sobre “Cambio Climático”, preámbulo del COP25, organizado recientemente por el Observatorio de Catástrofes, es urgente actuar ante esta amenaza global, que ya es un reto ineludible para empresas, gobiernos y sociedad civil. Como dijo Ban Ki-Moon, “no podemos darnos el lujo de la indecisión, de las medidas a medias o de los enfoques graduales. Nuestra meta debe ser la transformación”.
En ese sentido, la próxima Cumbre del Clima en Madrid supone una gran oportunidad para que las empresas privadas españolas “se involucren más intensamente, sin retrasos innecesarios, en la lucha contra el cambio climático”, en palabras de Cristina Gallach, Alta Comisionada de la Agenda 2030.
Los poderes públicos tienen un especial papel en la lucha contra el cambio climático y en establecimiento de las grandes políticas de sostenibilidad. COP25 de Madrid es una excelente referencia para que asuman el Compromiso de actuar y aseguren el Cumplimiento de los acuerdos que se pacten. Desde nuestro Observatorio hemos pedido reiteradamente al poder legislativo que apruebe de una vez por todas la Ley de Cambio Climático y otras normativas tendentes a la lucha contra esta amenaza que nos afecta a todos; al poder ejecutivo, que el cambio climático sea pieza clave en sus programas de gobierno; y al poder judicial, que sea implacable en la aplicación del principio de “quien contamina, paga”, y que imponga sanciones que se destinen a la protección del medio ambiente y del ecosistema.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha dicho recientemente: “antes o después, los Gobiernos siguen a la opinión pública en todo el mundo”. No estamos exentos de la responsabilidad de cuidar y respetar nuestro planeta. En línea con lo que el Papa Francisco expuso en su Encíclica Laudato Sí, “olvidamos que nosotros mismos somos tierra y nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da aliento y su agua nos vivifica y restaura”.
El esfuerzo será estéril si no se conciencia a todos los niveles, si no asumimos los compromisos pertinentes y si esos compromisos no se cumplen. En esta prelación, será esencial el papel vertebrador de los medios de comunicación y su responsabilidad de difundir los mensajes y reflejar el cumplimiento de los objetivos marcados, huyendo de los debates estériles entre negacionistas y activistas del clima. Avanzar juntos en las 3 Ces, contribuirá a construir un planeta mejor, más justo y más sostenible. Lo contrario nos conducirá a la catástrofe.
Pedro Tomey, Presidente del Observatorio de Catástrofes y Director General de la Fundación Aon España
Publicado en Expansión el 2 de diciembre de 2019