El 22 de abril es el Día de la Madre Tierra, que ahora más que nunca reclama nuestra actuación
Nuestra “vieja” amiga nació hace más de 2500 millones de años, tiene una superficie terrestre de 510 millones de km2 y un volumen total de agua de 1420 millones de km3. Hablamos, claro está, de la Madre Tierra a la que conmemoramos y reivindicamos cada 22 de abril.
Es la fecha consagrada al Día Internacional de la Madre Tierra, una efeméride proclamada por Naciones Unidas, y que este año cumple 50 años desde su instauración. Desafortunadamente, muchos factores han alterado la faz de la Tierra en las últimas cinco décadas. Y el planeta nos envía señales claras para que actuemos.
Por un lado, podemos actuar sobre aquello que está en nuestras manos: el impacto del hombre sobre la naturaleza y sobre la biodiversidad, la deforestación, los grandes incendios, el cambio climático… incluso sobre el último gran desastre en cuyo origen está el ser humano, la pandemia del coronavirus COVID-19.
Por otra parte, están las catástrofes naturales. La naturaleza impone sus reglas y difícilmente podemos doblegarlas. Si acaso, podemos prevenir los movimientos sísmicos y los grandes temporales meteorológicos en base a la observación, y actuar así en consecuencia para la evacuación de personas o el blindaje de las viviendas.
Biodiversidad como indicador de la salud de la Tierra
Este 2020 está catalogado como el Año de la Bioversidad. Por tanto, el Día de la Tierra pone el foco en este concepto, y más concretamente en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud de la Tierra.
Según datos de Naciones Unidas, se estima en una cifra de un millón las especies animales y vegetales que están actualmente en peligro de extinción. Es más necesario que nunca reivindicar la biodiversidad y trabajar por su mantenimiento. No es solo una cuestión de preservar la riqueza del catálogo de fauna y flora es que, además, una alta diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos. Y esta última razón cobra un peso específico demasiado importante en estos tiempos.
Celebremos este día especial. Con esperanza, porque la concienciación medioambiental ha calado y los gobiernos despliegan numerosas medidas dirigidas a frenar el cambio climático. Y celebremos también con el compromiso de seguir protegiendo la biodiversidad y a nuestra querida madre, la Tierra.