La ínfima representación de la discapacidad intelectual en campeonatos deportivos, como los recientes Juegos Paralímpicos, es un reto que deben abordar las administraciones públicas, las federaciones deportivas y el Tercer Sector.
Comenzábamos el mes de septiembre disfrutando del mayor espectáculo deportivo inclusivo a nivel mundial. Hablamos de los Juegos Paralímpicos París 2024, en los que España ha cosechado la cifra de 18 medallas, situándonos en el puesto 15 de los 84 países participantes.
Es motivo de celebración, pero también de reflexión si nos detenemos a analizar un dato objetivo: el 95% de deportistas participantes en los recientes Juegos Paralímpicos tenían una discapacidad motriz o sensorial, mientras que solo el 5% eran atletas con discapacidad intelectual, pese a ser esta la discapacidad más numerosa a nivel mundial.
La representación de la discapacidad intelectual desciende aún más si lo comparamos en términos nacionales: de los 139 participantes españoles, solo dos –Eva Coronado y David Pineda– tenían este tipo de discapacidad. No llega al 1,5% de presencia frente a la discapacidad física o visual. Es un hecho difícil de explicar, pues la normativa expuesta en la página oficial del Comité Paralímpico Español no establece prioridades por tipos de discapacidad: “Para que un deportista sea elegible y pueda competir en deporte paralímpico, debe tener alguno de estos tipos de deficiencia: física, visual o intelectual”.
Sin duda, desde las administraciones públicas, las federaciones deportivas y el Tercer Sector podemos hacer mucho más para corregir este desequilibrio. Por eso, nos ilusiona conocer nuevas iniciativas como esta, que actúan desde la base, en la propia escuela: el Ayuntamiento de Galapagar, en convenio con la Federación Madrileña de Deportes con Discapacidad Intelectual (FEMADDI), ofrecerá en este curso monitores deportivos de apoyo para escolares con discapacidad intelectual o autismo.
Fundación Aon, por la inclusión a través del deporte
El deporte como vehículo de integración social está recogido en nuestros fines fundacionales. Desde Fundación Aon España “Fomentamos la inclusión a través del deporte, que favorece la rehabilitación y aumenta la autonomía personal. El deporte tiene un poder transformador para fortalecer valores como la superación, la perseverancia, el respeto y la solidaridad.”
No se trata solo de una hermosa declaración de principios. El poder transformador del deporte es un hecho que constatamos a través de las numerosas actividades que emprendemos, siempre con el empuje inestimable de nuestros voluntarios, y a menudo en colaboración con otras fundaciones u organizaciones.
Fútbol, carreras solidarias, piragüismo, torneos de pádel benéficos o incluso superar 50 kilómetros del Camino de Santiago bajo la lluvia y en bicicletas adaptadas, son solo algunos ejemplos recientes de los retos que el ser humano es capaz de afrontar a través del deporte. Compitiendo con unas capacidades u otras, pero siempre con determinación e ilusión.