El balance de incendios forestales es relativamente bueno, gracias a la prevención y a la buena climatología
Finalizando agosto, hacemos balance del número y de la magnitud de los incendios forestales que se han producido en España durante este verano, y el saldo final es esperanzador: hasta un 57% menos de superficie calcinada en comparación con la media de la última década. A fecha de la publicación de este post, y siempre desde la cautela, aportamos este dato que ojalá podamos mejorar entre todos al finalizar oficialmente el verano.
Las autoridades en el área medioambiental (Ministerio de Transición Ecológica y Comunidades Autónomas) también se muestran reservadas y no desean lanzar las campanas al vuelo hasta que acabe la campaña contra incendios forestales, que este año se desarrolla desde el 15 de junio hasta el 15 de octubre, con posibilidad de prórroga, y que se coordina desde la Dirección General de Protección Civil y Emergencias. La postura oficial es la de continuar alerta para actuar con celeridad ante cualquier conato de incendio que se produzca.
Pero las cifras positivas están ahí: el promedio anual de superficie forestal afectada por incendios durante el último decenio en España es de 21.666,14 hectáreas. Este verano, entre el 22 de junio y el 4 de agosto, el dato ha descendido de forma muy notable hasta las 9.383, 24 hectáreas. Sigue siendo preocupante que hablemos de miles de hectáreas calcinadas, pero el descenso nos proporciona valiosos indicios que debemos analizar para proseguir por esta senda.
Factores: prevención y climatología
La prevención es un factor que está en nuestras manos. Las campañas de concienciación -ya desde la escuela- dejan poso en la población. La construcción de cortafuegos en las masas forestales y la vigilancia de estas zonas de especial valor también influyen, sin duda, en el objetivo de minimizar el riesgo de incendio.
La climatología es otro factor que en este 2020 ha jugado a nuestro favor. Una primavera especialmente lluviosa ha dejado el campo en unas condiciones inusualmente húmedas a comienzos del estío, con gran profusión de vegetación verde y, por tanto, no inflamable.
Entre la naturaleza y la acción del ser humano estamos a punto de cerrar una muy buena campaña estival contra el fuego. Pero no bajemos la guardia, las catástrofes naturales o accidentales se hallan siempre latentes y al hacerse visibles nos muestran la vulnerabilidad del planeta Tierra. Desde el Observatorio de Catástrofes de Fundación Aon España, trabajamos para mitigar los efectos de estos fenómenos aplicando una receta que combina eficazmente estos valiosos ingredientes: investigación, prevención, sistema de emergencias, voluntariado, recuperación y continuidad.