El objetivo de la Cátedra es crear un tejido de profesionales altamente cualificados y con experiencia, capaces de aportar sus conocimientos para prevenir y responder a las catástrofes provocadas por fenómenos naturales, medioambientales u otras causas.
La Cátedra de Catástrofes cuenta con dos sedes académicas y de investigación: la Escuela de Ingenieros Tecnun de la Universidad de Navarra y la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.
La Fundación Aon España ha aprobado la creación y desarrollo de la Cátedra de Catástrofes, una iniciativa pionera en España y en Europa que tiene como objetivo estructurar y desarrollar de forma sistemática la investigación y el estudio de las catástrofes. La acción de investigación y docencia de la Cátedra de Catástrofes se desarrollará en la Escuela de Ingenieros Tecnun de la Universidad de Navarra y en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, a través del Instituto de Estudios sobre Migraciones (IUEM).
“La Cátedra de Catástrofes es un gran paso adelante en nuestro interés por impulsar la investigación sobre este tipo de siniestros, sistematizar y divulgar conocimientos y contribuir a crear un tejido de profesionales altamente cualificados y con experiencia, que puedan aportar sus conocimientos tanto en el sector privado como en las instituciones públicas al servicio de la prevención, respuesta y movilización en situaciones de crisis originadas por fenómenos naturales o medioambientales difícilmente controlables”, afirma Pedro Tomey, Director General de la Fundación Aon España.
Dentro de la cátedra, en este año 2019, se incluyen dos proyectos en la Escuela de Ingenieros Tecnun de la Universidad de Navarra, donde se llevará a cabo la investigación sobre Mejora de la resiliencia de infraestructuras críticas urbanas ante el cambio climático, con el objetivo de que, en palabras de la profesora Leire Labaka, “el servicio que proporcionan las infraestructuras críticas, como son el transporte o las comunicaciones, sea el más eficiente posible en situaciones catastróficas”. La Escuela de Ingenieros también desarrollará la investigación Taxonomía de herramientas predictivas para catástrofes, orientada a analizar y comparar diferentes herramientas de predicción utilizadas para anticipar y valorar las catástrofes y los riesgos asociados a ellas.
“La Cátedra, que tiene una dotación económica suficiente para cumplir con su Plan Director y sus actividades anuales, supone también una prolongación sistemática y continuada en el ámbito científico y académico de los trabajos que desarrolla el Observatorio de Catástrofes, una iniciativa que la Fundación Aon España lanzó hace tres años precisamente para convertirse en un lugar de encuentro y análisis de instituciones y expertos en esta materia, recogiendo el creciente interés mundial por disponer de herramientas para predecir las catástrofes y de protocolos de actuación para combatirlas, siempre con especial énfasis en la protección de los más desfavorecidos. En este contexto, en el pasado año concluyó y se editó la investigación de Tecnun que se concretó en la Tesis Doctoral titulada Un marco para la colaboración público-privada en el proceso de construcción de resiliencia en las ciudades, dirigida por los profesores José María Sarriegi y Leire Labaka y financiada por la Fundación Aon”, continúa Pedro Tomey, quien también es Presidente del Observatorio de Catástrofes.
El profesor Sarriegi, quien participó muy activamente en la creación y lanzamiento del Observatorio de Catástrofes, falleció en diciembre de 2018. El Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon España y Tecnun han instaurado en su memoria el Premio José María Sarriegi al mejor artículo de investigación académica sobre temas relacionados con las catástrofes publicado en el año por una revista científica especializada.
El galardón pretende honrar la memoria de este académico e investigador, miembro fundacional del Think Tank del Observatorio de Catástrofes. Podrán optar cada año al Premio José María Sarriegi todos los artículos firmados por investigadores que hayan sido publicados en revistas indexadas, dado su carácter científico y especializado. Un jurado compuesto por miembros del Think Tank del Observatorio de Catástrofes –a designar–, junto con la Universidad de Navarra, y reconocidos miembros de la comunidad científica, analizará las candidaturas presentadas y decidirá quién es el ganador del galardón. La entrega del Premio será en fecha y lugar a decidir y puede hacerse coincidir con la celebración del simposium del Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon.
Por su parte, la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE está trabajando en el Análisis de vulnerabilidad y riesgo de origen antrópico en Galicia (incendios forestales) y en Migraciones y cambio climático, con el fin de establecer un modelo de flujos de migración y su relación con los cambios climáticos.
Sólo en 2018, los desastres naturales causaron en el mundo la muerte de decenas de miles de personas y tuvieron un coste económico valorado en 225.000 millones de dólares, según el último informe anual de AON, el mayor bróker de seguros del mundo. El coste asegurado de estos desastres fue de 90.000 millones de dólares. La mayor parte de los desastres se debieron a causas meteorológicas -215.000 millones-, con una cobertura de 89.000 millones. El cambio climático, el calentamiento global y la combinación de fenómenos meteorológicos más intensos con una mayor concentración de la población y una cada vez más elevada exposición de los más vulnerables, tienen como resultado que las catástrofes sean potencialmente mayores y más dañinas.
En España, en los diez últimos años, la industria del seguro, a través del Consorcio de Compensación de Seguros, ha tenido que gestionar un elevado número de acontecimientos catastróficos que han dado lugar a la gestión de decenas de miles de solicitudes de indemnización de afectados con seguro. Los más destacados durante ese periodo han sido: la tempestad Klaus, en enero de 2009, con vientos huracanados que provocaron 276.000 siniestros con un coste de 495,5 millones de euros; las inundaciones del sureste peninsular de septiembre de 2012, con 32.400 siniestros y 216 millones de euros en indemnizaciones; y el terremoto de Lorca, en mayo de 2011, que generó 33.200 siniestros, con un coste de 487 millones de euros.