Historia del voluntariado en España

En el post de hoy vamos a contaros cómo ha evolucionado el movimiento del voluntariado en nuestro país. Sus inicios se remontan a las primeras décadas del siglo XX, cuando estaba limitado a organizaciones que eran o bien dependientes de la Iglesia católica o del régimen político.

Durante los años 60, surgen las organizaciones privadas sin ánimo de lucro en las que comienzan a realizarse actividades por parte de personas voluntarias que no reciben nada a cambio y que no se encuentran ligadas ni a la Iglesia ni a los poderes políticos. Se trata fundamentalmente de organizaciones que luchan por los derechos sociales.

En nuestra Constitución Española de 1978, concretamente en el artículo 9.2., se especifica que “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Aunque no se trata exactamente de un artículo relacionado con el voluntariado, sí establece las bases en las que se sustentan muchas de las organizaciones que realizan voluntariado.

Es en la década de los 80 cuando empieza en nuestro país el llamado “Estado del Bienestar”; de hecho en 1981, la Dirección General de Acción Social creó un grupo de trabajo sobre «Voluntariado en la Acción social» con representantes de la Administración y personas de distintas organizaciones voluntarias. Es en ese momento cuando el voluntariado se empieza a organizar y a formar.

En la década de los 90 empiezan a aparecer las ONG y comienzan a tener visibilidad dentro de nuestra sociedad. Finalmente, en 1996, se promulga la Ley  General  del  Voluntariado Social.

A partir de este momento es cuando los voluntarios toman un papel específico dentro de nuestra sociedad. Gracias a ellos, miles de personas reciben apoyo en áreas específicas tanto económicas como sociales o culturales.

Desde Fundación Aon no podemos dejar de dar las gracias a todas aquellas personas que dedican su tiempo y esfuerzo en ayudar a los demás.

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