La inclusión de personas con discapacidad mejora el clima laboral

El ambiente de trabajo mejora y sube la productividad

No es una cuestión solo de equidad, sino de productividad. La inclusión tiene un impacto positivo sobre el ambiente de trabajo.

Es momento de romper prejuicios. La inclusión laboral de personas con discapacidad no trata solo de ayudar a este colectivo, su alcance es mayor y lo divisamos cuando valoramos los aportes de estas personas en términos de productividad e innovación.

Sin embargo, la incorporación natural de estas personas al ecosistema laboral sigue siendo una asignatura pendiente en muchos países. En España, el 65% de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (síndrome de Down, autismo o parálisis cerebral) están en situación de desempleo.

Es necesario, por tanto, hacer un llamamiento a las empresas recordando las medidas que pueden adoptar para la inserción de personas con otras capacidades. En el caso de discapacidades físicas, es obvio que la primera barrera que hay salvar es la arquitectónica, si bien este es un capítulo en el que se ha avanzado notablemente en nuestro país durante los últimos años.

También recordamos a las compañías que la inclusión laboral de personas con discapacidad está incentivada por ayudas de las Administraciones Públicas. Esto incluye bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social y partidas para adaptación de espacios de trabajo, entre otras medidas.

Cómo se “enriquecen” las empresas gracias a la diversidad de su plantilla.

Como decíamos al inicio, cambiemos el chip: son las empresas las que se benefician de la diversidad en sus plantillas. Incluir otras perspectivas en la cultura organizacional no solo ayuda a crear un clima laboral más responsable y concienciado, sino que puede mejorar la productividad, e incluso la calidad de los productos y servicios.

La Casa de Carlota es un buen ejemplo. Esta agencia de comunicación colombiana incluye en su equipo a jóvenes con síndrome de down y autismo, cuyas ideas espontáneas permiten elaborar soluciones más frescas y creativas. Es lo que denominan neurodiversidad como estrategia creativa.

En el sector de la Cultura, rememoramos, por ejemplo, la magnífica labor que el joven Jorge Alonso, becado por Fundación Aon, está desarrollando para la Fundación Amigos del Museo Reina Sofía en tareas tan diversas como administración, comercio, logística, atención al visitante y gestión de redes sociales. 

Abrir el foco hacia las personas con una percepción diferente nos enriquece. Las organizaciones y sus empleados ganan en autoestima y compromiso social. Y estas empresas comprometidas contribuyen, sin duda, a construir una sociedad más cohesionada. Una meta final que nos concierne y beneficia a todos por igual.

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