La FAO vincula el Año Internacional de las Frutas y Verduras con el aprovechamiento de los alimentos.
Mejorar la nutrición y reducir el desperdicio de alimentos es una meta común a la que se suman, cada día, más personas concienciadas. Además, con la designación de 2021 como Año Internacional de las Frutas y Verduras, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) va a intensificar su labor en el cumplimiento de este objetivo. Para ello, ha creado la Plataforma técnica sobre la medición y la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
Recordemos que un tercio de la comida producida a nivel mundial se tira, literalmente, a la basura. Este triste dato, aparte de ser un sinsentido, entra en conflicto con el cumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas: el ODS 2, Hambre Cero, que afronta el difícil reto de erradicar el hambre en el mundo para el inicio de la próxima década.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, a nivel particular, para evitar el desperdicio de alimentos?, La respuesta está en nuestras manos: existen diferentes apps para el aprovechamiento de alimentos que nos facilitan el contacto directo con los supermercados, restaurantes y otros establecimientos que han de retirar aquella comida que ya no pueden comercializar, pero que se encuentra en perfectas condiciones de consumo y a un precio muy inferior al habitual. Entre las más implantadas en toda Europa, está Too Good to Go, pero hay muchas otras a nivel local que impulsan el desperdicio cero, o bien que conectan agricultores locales con consumidores para evitar así tirar los excedentes de producción.
Por otra parte, todos podemos poner en práctica una serie de pautas para “dar salida” a los restos de comida y aprovechar aquello que lleva algún tiempo en la nevera. Ahora se denomina cocina de aprovechamiento o zero waste cooking, pero lo cierto es que la mayoría aprendimos estos consejos directamente de nuestras madres.
Por un reparto más justo de los alimentos
La solidaridad es un aspecto complementario de todo lo anterior, la otra cara de la moneda. El aprovechamiento de los alimentos que ya no pueden comercializarse se retroalimenta con la necesidad básica de comer de algunas personas. Y los comedores sociales son ese punto de encuentro necesario entre los dos problemas: el de los excedentes de alimentos provenientes de supermercados y restaurantes, y el de la pobreza.
Desde Fundación Aon España, a través de aportaciones y de la figura de los voluntarios que participan desinteresadamente en múltiples iniciativas, colaboramos con asociaciones como Manos de Ayuda Social o Cáritas. En sus comedores sociales, el voluntariado realiza una impagable labor, no solo por ayudar a cubrir la necesidad primaria del hambre, sino también por impulsar la inclusión social generando un ambiente más cálido y humano. ¡Gracias a todas estas personas por su compromiso!