La lengua de signos es una lengua natural de expresión y mucho más que una forma de comunicación entre personas con discapacidad auditiva o dificultad en el habla por cualquier circunstancia. Es un idioma que han incorporado a su vida con el que expresar sus emociones y sentimientos gestualmente.
La estructura gramatical de la lengua de signos está perfectamente definida y cumple con todas las características del lenguaje oral. Por tanto, al igual que las lenguas orales, va evolucionando a lo largo del tiempo.
Es importante saber que no es universal, por lo que no existe una lengua de signos por cada lengua oral y cada país posee una o varias lenguas de signos como sucede por ejemplo en España.
A pesar de que hace unos años se podía estudiar lengua de signos en pocos lugares, cada vez son más los sitios en los que una persona oyente puede encontrar la oportunidad de estudiarla. Su uso aporta beneficios tanto a personas sordas, con pérdida auditiva u oyentes y podemos encontrar múltiples razones como las siguientes para aprenderla:
- El uso de signos con las manos estimula el aparato locomotor y mejora la atención y la percepción visual.
- Se gana habilidad para ejercer un control mayor sobre el lenguaje no verbal.
- Mejora la agilidad mental y la capacidad de resolución de problemas.
- Capacidad para desarrollar habilidades comunicativas que te permitirán hablar en público de una forma óptima.
- Y sin duda, la más importante: el aprendizaje de la lengua de signos por parte de las personas oyentes beneficia y ayuda a que las personas sordas se sientan más integradas en nuestra sociedad.
Como puedes ver, la lengua de signos es un aprendizaje muy satisfactorio con múltiples beneficios, y adquirir estos conocimientos está al alcance de nuestra mano. Además, no es muy difícil y te abrirá muchas puertas. ¿Te animas?