SOS agricultura: las catástrofes naturales y la sequía golpean al sector

El sector agrícola sufre el impacto de las catástrofes

La agricultura española acusa el impacto de los desastres naturales. El cambio climático no solo trae consigo sequías, como la actual, sino también lluvias torrenciales, inundaciones y otras catástrofes.

El dicho “nunca llueve a gusto de todos” cobra un triste significado en los últimos años al referirnos al campo español. Principalmente, por la extraordinaria escasez de lluvias en esta primavera. Pero si retrocedemos hasta noviembre, hablaríamos del fenómeno opuesto: Danas con precipitaciones de hasta 300 litros por metro cuadrado al día en puntos de la Comunidad Valenciana.

“La forma de llover está cambiando” señalaba Joaquín Melgarejo, profesor del Máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales de la Universidad de Alicante, en declaraciones a rtve.es el pasado mes de diciembre. Más allá de esta evidencia, los expertos miran hacia la base de la pirámide de nuestros recursos naturales y advierten de los cuantiosos daños que ha de soportar el agricultor.

Hablamos de prolongadas sequías, seguidas de lluvias torrenciales que provocan inundaciones, con el consiguiente arrastre de los cultivos y la denominada asfixia radicular que “ahoga” a los árboles por exceso de humedad.

Al impacto medioambiental se le une el económico. Estos desastres naturales hacen caer la producción agrícola y, por consiguiente, el empleo, sobre todo en labores de recolección. Son pérdidas constatadas por datos. Por ejemplo, Fundación Aon España revela en su “Barómetro de las Catástrofes en España 2021” que las catástrofes naturales producidas en ese año provocaron que las empresas españolas dejaran de ingresar de forma directa alrededor de 1.500 millones de euros, tan solo en dicho ejercicio. Y el 99% de este perjuicio recayó en la agricultura y la ganadería, los sectores más expuestos a los fenómenos meteorológicos.

El abril más seco desde que hay registros

La sequía es la otra cara de la moneda. Según el último Boletín Hidrológico (mayo de 2023) publicado por Miteco, los embalses españoles ya están por debajo del 42% de su capacidad. Y si miramos hacia las cuencas del Guadalquivir y del interior de Cataluña, los niveles bajan hasta un alarmante 26%.

Recordemos otro reciente y preocupante récord: este año hemos tenido en España el abril más seco y cálido desde que comenzaron los registros en 1961, según datos oficiales de la AEMET. Contradiciendo al refranero, abril de 2023 ha sido calificado por el Ministerio para la Transición Ecológica como “extremadamente seco”, con solo un 22% de precipitaciones respecto al valor normal del mes.

Y lo peor es que, mediado el mes de mayo, no se atisba un cambio de tendencia. ¿Qué podemos hacer ante esta perspectiva de primavera caliente y verano muy seco?

A nivel individual y familiar, aplicar con mayor rigor los consejos para ahorrar agua que desde diferentes instituciones nos recuerdan cada año. A nivel colectivo, como colaboradores de Fundación Aon España o de otras agrupaciones concienciadas con el clima y el medio ambiente, seguir participando de forma activa en proyectos que contribuyan a frenar y revertir el cambio climático.

La resignación no está en nuestros planes. Y por poco que parezca plantar un pequeño árbol o ahorrar un litro de agua, somos cada vez más personas sumando nuestro empeño por defender los recursos naturales del planeta.

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