Desde hace bastantes años se está viendo el gran impacto positivo que tienen las terapias con animales en las personas con discapacidad. Son cada vez más los ejemplos de asociaciones, fundaciones u otros organismos que están aprovechando este potencial para mejorar la calidad de vida de las personas que tienen diferentes capacidades.
Los beneficios que proporciona este tipo de terapias se han contrastado tanto a nivel físico, como psicológico y social. Sabemos que en muchas ocasiones los animales proporcionan amor, cariño y ternura casi a cambio de nada y esto es muy positivo para las personas con capacidades diferentes.
Podemos decir que existen dos tipos de terapia con animales. Una de ellas sería la de compañía y otra la terapia rehabilitadora.
En el caso de los animales de compañía, pueden reforzar aspectos psicosociales de las personas con discapacidad, incluso proporcionando una compañía y sensación de acompañamiento que no siempre es posible por las personas del entorno o de la familia. No olvidemos además la labor de los perros de acompañamiento para personas con discapacidad auditiva o visual que acompañan a sus dueños en todas las tareas de la vida, haciendo de sus oídos o sus ojos.
En el caso de los animales que ayudan en la terapia rehabilitadora encontramos por ejemplo los caballos. Variados estudios convienen que la equinoterapia puede mejorar las capacidades físicas de personas con problemas de movilidad, además de proporcionar una actividad lúdica y social que favorece la integración social de las mismas.
Muchas personas con discapacidad de tipo intelectual encuentran en el contacto con animales una salida a la rutina diaria. También personas mayores que sufren de soledad encuentran en estas actividades un espacio de ocio y esparcimiento con una mejora de las capacidades de comunicación y socialización.
En definitiva, estas terapias mejoran la salud de las personas tanto a nivel físico como cognitivo y mediante ellas se desarrollan habilidades de tipo social.