Visitar un museo de bellas artes es más que ver o mirar: sus obras evocan multitud de sensaciones vinculadas a los otros cuatro sentidos de nuestro cuerpo. En efecto, las pinturas tienen la capacidad de traernos a la mente: el intenso aroma de una flor, el sabor amargo de un limón, el tacto terso de un tejido, o el poderoso sonido de la música instrumental…

A través de diferentes piezas vamos a pensar en cómo los sentidos nos son vitales para conocer el mundo, para percibir lo que nos rodea, pues recogen información, la envían a nuestro cerebro y nos hacen sacar conclusiones. Y también en el siguiente lema: estar abierto a las experiencias sensoriales y a todos sus matices nos permite vivir intensamente y disfrutar muchísimo de cada día.    

Dinámica: ¡Trabajo en equipo! Suscitaremos la participación de los asistentes, con preguntas concretas, claves, importante puntos de atención, y mucha naturalidad para ayudar a todos a sacar sus capacidades perceptivas y expresivas.

Profesoras: Anna Reuter y Lola M. Ferrando